FROTAR PESCADO TAMBIÉN ES UN ARTE
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FROTAR PESCADO TAMBIÉN ES UN ARTE

Aproximadamente a mediados del año pasado asistí a un taller de grabado experimental organizado por CREART en el Centro Marcelina Ponce, impartido por Álvaro Perote. Un taller muy cortito en el que se pretendían abarcar muchas técnicas (reductiva -también llamado “a plancha perdida”, utilizando el carvado directo-, el monotipo sustractivo y el gyotaku), en diferentes soportes (madera, papel, acetato) Un profesor estupendo en unas instalaciones magníficas que no sé si después de las últimas elecciones municipales han vuelto a utilizarse para estas cosas del arte.

De todas las técnicas la más esperada era el Gyotaku, que es una técnica japonesas milenaria en la que se utiliza como matriz el pescado. Gyotaku significa algo así como pez frotado. Los pescadores japoneses marcaban sus capturas estampando uno de sus pescados en un papel junto con su sello artesanal. De esta manera el lote de pescado quedaba perfectamente identificado. Una especie de trazabilidad.

Con el tiempo se ha convertido en una técnica de arte.

Nosotros en concreto utilizamos una lenguadina, una corvina y una sepia. En realidad la técnica en sí es muy simple. Primero quitamos el exceso de agua del pescado en la medida de lo posible. Se entinta el pescado con una tinta ligera (utilizamos tinta india), se coloca en la posición que quieras estampar al pobre bicho y se pone un papel de arroz sobre el cadáver. Después se frota con las manos para que la tinta pase al papel. Las primeras veces sale una forma muy diluida y si te pasas de frenada cargando tinta te puede salir un negro bastante intenso. Cualquier estampa en realidad tiene su aquel. Por último eliges un sello que previamente te has currado y lo estampas debajo en la impresión que más te guste.

Esto es, a diferencia del grabado tradicional en el que se pueden conseguir estampas seriadas, en esta técnica se obtienen monotipos puesto que la impresión de un pez no se parece a la siguiente impresión del mismo pez y llega un momento en el que el pescado se estropea totalmente.

 

Es una técnica muy interesante, porque los originales que obtienes presentan unas texturas de alucinar. Pero es algo que no voy a repetir por motivos éticos. Los alemanes dicen algo así como “einmal is keimal” que viene a ser como que bueno, hacer una cosa una sola vez no es hacerla en realidad. Claro que no sé si eso lo aplicarán a todo, porque por esa regla de tres, matar a un presidente autonómico no es algo que deba tenerse en cuanta siempre y cuando no vuelvas a siniestrar a otro. En todo caso pienso que un curso de gyotaku hecho una sola vez no es mucho de lo que deba preocuparme si el resto de mi vida no desperdicio el pescado de esa manera.