
07 Feb AIRE
Deberías airearte un poco.
Soltarte la corbata, quitarte la chaqueta y los pantalones y todo lo demás, para entrar en tu interior. Dejar que el viento te entre dentro hinchándote.
Podrías luego recordar aquella pajarita de papel que te regaló el tío Andrés cuando tenías siete años. Evoca como volabas con ella llegando a planetas desconocidos, surcando el aire.
Pongamos que cambias las paredes grises de tu oficina, que por cierto hacen juego con tus pensamientos, por el amarillo del cielo que pintaste aquel día de agosto cuando veraneabas con tus padres en el pueblo. Todo en tus dibujos era un sol.
Digamos que apagas el ordenador y cambias la memoria virtual por las virutas de lapicero que antaño convertiste en planetas para tu astronauta de playmobil. Unos planetas que, al contrario de los reales, estaban rodeados de aire que todo el mundo podía respirar. En el que todo el mundo podía respirar.
Tendrías que, surcando el viento, viajar otra vez ese sitio donde fuiste feliz.
Quizás todos tendríamos que hacerlo.
Supongamos que nos ponemos a jugar un poco cada día con nosotros mismos.
Deberíamos airearnos todos un poco por dentro de vez en cuando. También por fuera.
Valladolid octubre de 2014
La ilustración está dibujada en agosto de 2022, en San Esteban de la Sierra y coloreada ayer mismo, 6 de febrero de 2025, que según dicen era el día internacional de la tolerancia.